Un día, mientras tomábamos un coñac (él) y un whisky (yo), mi amigo José Luís me dijo –tendríamos que hacer algo juntos–, lo dijo y se quedo tan ancho. Al rato, recapacité y pregunté, –¿a qué te refieres con "hacer algo juntos"?–, –a hacer algo que pudiéramos poner en Espai Garum–, respondió, llenando nuevamente las copas.
A partir de ese momento empezó a tomar forma la idea de crear una exposición conjunta en Espai Garum.
José Luís es un artista que habitualmente se expresa pintando, pero como todo creador, experimenta continuamente con otras técnicas: instalaciones, escultura, dibujo, diseño web, photoshop, etc. nada deja de tener interés para su mente inquieta. Por mi parte, me dedico a la fotografía y al grafismo, y esporádicamente realizo alguna obra experimental y algo de video.
Y vete aquí que, estos dos viejos conocidos, con técnicas distintas, empezamos a pensar en hacer algo juntos.
Después de rechazar varias opciones volvimos la vista atrás (todavía hay gente que piensa que se puede inventar algo nuevo) y nos fijamos en nuestros amados surrealistas para recuperar un proceso que según dijo André Bretón, “Lo emocionante para nosotros en este tipo de producciones era la certeza de que para bien o para mal, representaban algo que no era posible por el trabajo de una sola mente, y poseían un grado excepcional en la calidad de "devaneo", tan propio de la poesía”, nos permitía crear algo nuevo que no sería posible individualmente.
Cadáver exquisito es la técnica usada para ensamblar colectivamente un conjunto de palabras o imágenes; el resultado se conoce como un cadáver exquisito o cadavre exquis.
El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: «Le cadavre - exquis - boira - le vin - nouveau» (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo). El objetivo es combinar cosas de una idea agregando elementos que pueden o no pertenecer a la realidad. Los teóricos y asiduos al juego (en un principio, Robert Desnos, Paul Éluard, André Bretón y Tristan Tzara) sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática.
La exposición nº31 de Espai Garum es un cadáver exquisito ejecutado en cuatro fases, donde se ensamblan la fotografía, la pintura y el collage dando origen a una obra ecléctica que sigue en esencia el proceso ideado por los surrealistas hace casi un siglo.
A partir de ese momento empezó a tomar forma la idea de crear una exposición conjunta en Espai Garum.
José Luís es un artista que habitualmente se expresa pintando, pero como todo creador, experimenta continuamente con otras técnicas: instalaciones, escultura, dibujo, diseño web, photoshop, etc. nada deja de tener interés para su mente inquieta. Por mi parte, me dedico a la fotografía y al grafismo, y esporádicamente realizo alguna obra experimental y algo de video.
Y vete aquí que, estos dos viejos conocidos, con técnicas distintas, empezamos a pensar en hacer algo juntos.
Después de rechazar varias opciones volvimos la vista atrás (todavía hay gente que piensa que se puede inventar algo nuevo) y nos fijamos en nuestros amados surrealistas para recuperar un proceso que según dijo André Bretón, “Lo emocionante para nosotros en este tipo de producciones era la certeza de que para bien o para mal, representaban algo que no era posible por el trabajo de una sola mente, y poseían un grado excepcional en la calidad de "devaneo", tan propio de la poesía”, nos permitía crear algo nuevo que no sería posible individualmente.
Cadáver exquisito es la técnica usada para ensamblar colectivamente un conjunto de palabras o imágenes; el resultado se conoce como un cadáver exquisito o cadavre exquis.
El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: «Le cadavre - exquis - boira - le vin - nouveau» (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo). El objetivo es combinar cosas de una idea agregando elementos que pueden o no pertenecer a la realidad. Los teóricos y asiduos al juego (en un principio, Robert Desnos, Paul Éluard, André Bretón y Tristan Tzara) sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática.
La exposición nº31 de Espai Garum es un cadáver exquisito ejecutado en cuatro fases, donde se ensamblan la fotografía, la pintura y el collage dando origen a una obra ecléctica que sigue en esencia el proceso ideado por los surrealistas hace casi un siglo.