LLIÇÀ FOREVER
En 1929 mientras Mies van der Rohe ponía las bases de la arquitectura moderna, con su pabellón alemán para la Exposición Universal de Barcelona, Lliçà d'Amunt era un pequeño pueblo rural en pleno Vallés Oriental. No había dudas.
Setenta y ocho años después, Lliçà es un pueblo dormitorio seudo-residencial justo en la frontera entre el área metropolitana de Barcelona y el campo. Hoy si que hay dudas.
Dudas sobre el modelo de pueblo que queremos para los proximos 78 años (como mínimo).
La exposición "lliçàforever" es un punto de no retorno, que refleja el crecimiento exponencial de edicicios desde 1929, y donde Suiram Zemog nos invita a reflexionar sobre el momento urbanístico actual en un Lliçà d’Amunt que mira su futuro con escepticismo.
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